La academia puso una serie de reglas a la hora de elaborar
un diccionario ,se debe tener en cuenta la ortografía , los extranjerismos ,
los arcaísmos ,…. Hace muchos años, don Vicente García de Diego se ocupó de
este problema con muy buen criterio. El Reglamento de nuestro Instituto
había formulado un principio cuando la andadura del Diccionario permitía
ver las cosas con claridad. En el se exhortaba a «adquirir por diligencia de sus
individuos de número, y de los correspondientes, el mayor caudal posible de
voces»." Pensaban los legisladores llevar a cabo un diccionario de
provincialismos por cuanto el de la lengua literaria contaba con el de Autoridades.
Lógicamente nadie pensó que en nuestro primer diccionario hubiéramos
terminado con el caudal histórico de nuestro léxico. En las Reglas de
1743, el peso de Autoridades condicionó el comportamiento, y poco
obtenemos para nuestro objeto actual; sin embargo, en 1780 ( 1º edición)
se manifestó el afán de enriquecer el caudal revisando cuanto se había
hecho,'" siguiendo las pautas de 1770, o encargando a los académicos el
despojo de «varios autores clásicos».''' El trabajo por comisiones, tal y como
ahora se practicaba, consta en la edición de 1899 (la 13º) y una explicación de
su trabajo aparece en una notable carta de don Juan Valcra , que tuve ocasión
de considerar en otra ocasión."" Unido esto a las consultas hechas a
otras corporaciones podríamos irnos formando una idea no sólo del
enriquecimiento, sino del perfeccionamiento de la obra"" y de la
situación en que nos movemos en los trabajos actuales. Para activar estas
posibilidades de enriquecimiento y perfeccionamiento, se han ido admitiendo
unos académicos especializados en diversas actividades y ciencias, que
constituyen el importante núcleo de los «técnicos» con la vida y decisiones de
la Academia. Se lleva así adelante el trabajo de ir incorporando unos términos
que mantengan viva la modernidad de la obra."
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